
No te quedes
Si vacío tapas con cosas vanas,
y buscando vives la distracción,
no malgastes tu tiempo en esto;
mas si el abismo tu alma tienta,
incomprendido de perturbación,
sentirás violines de notas dulces,
vibrando al tiempo de tu canción.
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Si vacío tapas con cosas vanas,
y buscando vives la distracción,
no malgastes tu tiempo en esto;
mas si el abismo tu alma tienta,
incomprendido de perturbación,
sentirás violines de notas dulces,
vibrando al tiempo de tu canción.
Consecuencia de poseer.
Consecuencia de privar.
Consecuencia de lucrar con la ingenuidad del otro.
Consecuencia de interpretar según mis intereses.
Consecuencia de generalizar.
Consecuencia de inferir precipitadamente.
Consecuencia de no escuchar.
Consecuencia de no pensar.
Consecuencia de no aceptar mi ignorancia.
Consecuencia de no aceptar perder.
Consecuencia de no compartir.
Consecuencia de no perdonar.
Consecuencia de no amar.
Felicidad, un sustantivo del sentido común y velo para disimular nuestra incapacidad de aceptar la vida. Hay un deber que nos insta ser felices, una propensión a evadir que nos impide mostrarnos vulnerables o desdichados. Dicho de otra manera, lo flemático, la alegría, es bien recibida por todos, mientras que la melancolía, tristeza, debe ser encubierta. Cualquier producto asociado a la felicidad es bien recibido, por ende aceptado. Coca-Cola: «Destapa felicidad».
Intangible e inconmensurable, no hay ningún instrumento creado por el hombre que sea capaz de medir nuestra felicidad, de manera que, aunque se pronuncie a viva voz, será un ejercicio inútil. Sería una osadía de mi parte escribir un tratado sobre la felicidad, eso lo hizo magistralmente Schopenhauer, sin embargo, quiero reflexionar un poco.
Mi barrio es un tango, a veces es lúgubre,
pero a veces es blanco, verde y rojo aliento.
Mi barrio me espera, impaciente a la noche,
sereno en la tarde y en la mañana fresco.
Mi barrio resuena como tambor sediento,
retumba sin plumas, ríe su lamento.
Mi barrio es un aro con esferas naranjas,
corazón de fiesta y revoltosas almas.
Mi barrio se moja con su vida pulsando,
sus calles abiertas y un bandoneón llorando.
Mi barrio me cura, me sana callado,
mi barrio es la feria de fruta y pescado.
Mi barrio es un viejo cuadro enmarcado,
pero es la vanguardia que vibra a un costado.
Mi barrio es vulgar, desafina y perturba,
pero es Mozart y Bach con Miller y Dumas.
Mi barrio se alza repartiendo carros,
excavando pozos y abrevando hermanos.
Mi barrio es de ayer, de presente austero,
casas de humedad y futuro incierto.
Mi barrio se escapa, huye en desaliento,
pero vuelve siempre chiflándole al cielo.
Mi barrio prescinde de alharaca y juego,
pero no se jacta de cultura y ego.
Mi barrio me muestra un camino cierto,
pero hoy me alienta a vivir mi tiempo.
Mi barrio es sagaz y es adicto al miedo,
pero lo burla mordaz, para no absorberlo.
Mi barrio me quiere, me cuida y me enseña,
me muestra lugares que conozco en sueños.
Mi barrio es un grito, que flota en el viento,
es milonga triste que aviva el encuentro.
No te mueras de miedo contemplando la nada,
ni resignes tu vida aunque el final se avecine,
no finjas la dicha de vivir con un molde,
desafía los tiempos librando en acciones,
mira el cielo y maldice con furia creciente,
no te lleves misterios a dormir con los astros,
despide a los necios que hoy tienes por faro,
suelta carga, elévate, hablarán tus legados.
Tu culo cuesta
el peso que te robas,
meloneando tilingas,
jugando al electroboy,
presumiendo ofertas,
seseando certezas,
patricio por herencia,
juguete de elección.
Así te va…
payaseando en la tribu a carcajadas,
escogiendo atajos y placebos,
babeando perfume caro y silicona,
catando maltas gringas y billete fácil.
Así te va…
tu culo vale el peso que te robas,
meloneando tilingas en falso campeón,
hablando nada y leyendo prensa fácil,
patricio por herencia, ligero de elección.
A ti, que homosexual te confunden,
a ti, descendiente de Lesbos,
a ti, incansable guerrera,
a ti, troyana amazona,
a ti, violada, Hipólita doliente,
a ti, incrédula y tenaz,
a ti, que en tu derrota brillaste,
a ti, refutadora de necios,
a ti, sin Heracles ni Aquiles,
a ti, con un río a tu nombre,
a ti, te confiero valor,
a ti, te respeto.
Soñas la cáscara que aún te falta,
vendiendo caro tu falso talento,
burlando en desdén las faltas ajenas,
así ocultas tu propia codicia.
Juras el arte copiando recetas,
dando consejos que otros vivieron,
para ser el bufón en medio del juego,
mitigando tu hambre enferma de ego.
Jugas en la vida para dar la nota,
repitiendo puzzles que otros armaron,
así está tu alma gritando la angustia,
vaciada creciendo y comprando ternura.
Ojos que no ven los que siempre juzgaron,
buscando desmedro en el pelo del huevo,
como el ciego real, pobre, moribundo,
miserable su vida y de humo su sueño.
Las estrellas han viajado,
no pararon de orbitar,
durante millones de lustros,
han decidido crear.
Motorcito de este mundo,
azufre, mercurio y sal,
un alma nueva te espera
y un teatro para actuar.
Sideral tu procedencia,
terrenal tu palpitar,
ánimo, sabiduría y arte
sólo te resta mamar.
Volviendo de una odisea
que he tenido que afrontar,
hoy te espero pecho abierto,
para poderte abrazar.