Mamá

Mi primer encuentro con vos fue en tu cama, empecé a tener uso de razón, cuando me hacías cosquillas, eso no me gustaba, claro, como yo me ría, vos asumías que me divertía, pero sufría mucho y no pude comunicártelo.

Mamá

Después pasaron muchas cosas, un día, a corta edad, con papá me llevaron a un bazar para regalarme un juguete, ustedes me exhortaron a que eligiera algo de la vitrina, elegí un auto de colección, pero entendieron mal y me compraron un mono de plástico, esa fue mi primera frustración.

Cuando crecí y me pude comunicar, recuerdo decirte que estaba aburrido, quería un consejo para hacer algo y vos me contestaste:

“dibuja, toma papel, crayolas y dibuja”

Dibujaba de todo, casas, árboles, autos, el hombre araña, superman, los osos de peluche de la abuela, al Rabito (nuestro perro), entre otros; esos dibujos eran horrendos, a temprana edad logré darme cuenta que esos garabatos eran malos, por eso hoy soy tan exigente con mi trabajo, entiendo mis limitaciones, mis amigos dicen que soy pernicioso conmigo mismo, pero no lo entienden, pernicioso es sucumbir en el conformismo, mientras el diseñador de Apple lo haga mejor, no estaré conforme.

Me molestaba de sobremanera que me hicieras levantar temprano para ir a la escuela, me quería quedar durmiendo y vos me dabas un sermón acerca de la importancia de madrugar y que papá lo hacía todos los días a las cuatro de la mañana para ir a la fábrica, no me gustaba, aunque ahora te entiendo, en la escuela me enseñaron aritmética, geografía, por qué somos un país en vías de desarrollo, que es la balanza comercial y por qué Artigas decidió irse en el éxodo, también me enseñaron a leer y me dijeron que tenía lectura vacilante, esa ofensa me hizo mejorar, por eso, hoy me gusta leerle a mis alumnos y a mis novias.

¿Te acordas cuándo dejé encerrado al viejo en el baño y tiré la llave por la rejilla de la cocina? Te dije que te decía dónde estaba, si prometían no pegarme; cumplieron, no me pegaron. Sigo haciendo bromas y siendo muy cínico, no sabes el placer que me produce ver a la gente desconcertada.

Sé lo difícil que fue para vos educarme, era un caballo desbocado, me agarraba a trompadas todos los días con mis vecinos, vos sos mujer mamá, no lo vas a entender, no tenía otra alternativa, a los tipos temerarios nunca nos pierden el respeto. Sí, es cierto, siempre me mataban a trompadas porque eran más grandes que yo, pero nunca se la llevaban de arriba. De tantas trompadas recibidas, un día me aburrí, por eso hoy, no me peleo con nadie, mis maestros me enseñaron que se pelea con argucias inteligentes, yendo al frente y pidiendo perdón.

A los seis años casi me muero, no lo dimensioné, por tanto, no me produjo mucha angustia; te puedo asegurar que sentí más angustia el día que Karen me dejo por Pedrito en la escuela.

Lo que si me asustaba era verte sufrir al verme postrado, conectado al suero, deshidratado, convirtiéndome en un cadáver; ese teatro que hacías para mantenerte fuerte era poco creíble, los niños son demasiado inteligentes, se dan cuenta de todo.

Cuando la noche estaba en su máxima oscuridad, llego el día, salió el sol y con él, volvió la vida, grande y fuerte; tan fuerte, que un día “el chato” (mi entrenador) me dijo que pateara los tiros libres apuntando a la barrera porque así se abrirían; ahí empecé a hacer mis primeros goles, no sabes que placer le produce a un hombre hacer un gol mamá.

Te quiero agradecer por mandarme a la parroquia, amén de mi condición de agnóstico, puedo reconocer que ahí conocí gente generosa y sana, hasta ese momento, sólo conocía camorreros y buchones; en la parroquia habían prestadores de bolitas y niños que pensaban en los demás, también conocí a Danilo, él me enseño a ser responsable, se enojaba cuando hacía mal la señal de la cruz; me hizo descubrir a Jesús, no sabes que buen tipo mamá; el barbudo no tenía sentido común como el resto de la gente, no daba respuestas previsibles, te hacía reflexionar y ver las cosas desde otro lugar, igual que Miller y el Indio Solari; los tres tipos más inteligentes que conocí en mi vida fueron Jesús, Henry Miller y el Indio Solari.

Quiero darte gracias por mandarme al liceo e inculcarme que lo termine, gracias a eso, hoy puedo resolver ecuaciones y escribir versos endecasílabos.
Perdón por todas las veces que te falté el respeto, te insulté, por ser hiriente y hacerte sufrir, no tengo excusas, solo pedirte perdón.
Agradezco que hayas cambiado tu decisión de no tener más hijos y regalarme un hermano, Martín es uno de los seres más maravillosos que conozco, lo admiro profundamente, no por ser mí hermano, sino por su sencillez y la admiración que sus amigos tienen por él.

Fue una sabia decisión que hayas comprado el diario todos los miércoles con la colección de libros de literatura, mis noches de insomnio adolescente y esos compilados, me permitieron conocer seres extraordinarios como Machado, Lorca, Sabato, Wilde, Hemingway; entre otros, no sabes cómo largan su fuego mamá, me conmueven, me hacen conocer otro mundo, me comprenden.

¿Te acordas cuándo tiraba el plato con la comida por que no me gustaba? Gracias por no consentir mis caprichos y no soportar mis injurias, eso hizo que hoy, pueda ser capaz de disfrutar las moñas con queso, tanto como la paella de mariscos.

Siempre pensamos distinto, peleamos, discutimos, estuve mucho tiempo sin hablarte, pero quiero que sepas que estoy dispuesto a cortarme las venas por vos, no por ser mi madre, sino por haber estado al pie de mi cama, cuando me tocó enfrentar mis peores pesadillas.

He descubierto que pensar distinto y tener razón, son cosas irrelevantes, por eso, me tienen sin cuidado, el único recuerdo latente que tengo de vos, es tu amor incondicional y esa capacidad para tomar buenas decisiones aún dentro de tus limitaciones. Te amo mamá y ojalá te mueras después que yo.

8 COMENTARIOS
  • Ignacio Iglesias
    Responder

    Sos tan grande, que el respeto y la admiración que te tengo dan miedo. Doña Miranda no va a controlar el esfínter.

  • Anonymous
    Responder

    Emotivas palabras 🙂
    Saludos,

  • Gonzalo
    Responder

    Se me dio por leer un articulo y me quede sin palabras, la verdad muy profundo y nada.. Podría decir que encontré mi pasatiempos.

  • LILIAN MIRANDA
    Responder

    SOY TU MAMA Y POR LO TANTO SIEMPRE VOY A ESTAR PARA MIS HIJOS!!!!

  • Mónica
    Responder

    Sigo con mi lectura…
    Emotivo, profundo, fuerte, s/p..
    Excelente!
    Continuo..

  • Anónimo
    Responder

    Gracias negrito!!! Me hiciste llorar de emoción! !! Sos un hombre increíble

  • Lilian
    Responder

    Ojala estuviera mi mamá para agradecerle tanto… y a la vez pedirle perdón…yo era como vos…simple, risueña, revoltosa, rebelde… pero no era mala..no se… era yo así..

  • Euge
    Responder

    Ya lo dije una vez. Redundo y lo reitero por acá. Es un placer poder leerlo. Se agradece lo compartido. Atte. una ilustradora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: