En el otro

Y tu cabeza en la cornisa otra vez,
buscando gloria en cada acción,
rehén de tu autocompasión,
esperando calificaciones y amén,
duplicando apuestas hasta el dolor,
doliente fábrica de patologías,
cansado, inadaptado, encolerizado;
náufrago de tus propios deseos,
esos que tú mismo en otro detestas;
fiel a la apuesta compulsiva,
corpórea, prosaica y vulgar,
esa que tú mismo en otro detestas;
en otro, tú mismo te detestas.

1 COMENTARIO
  • Kynfer
    Responder

    Y en «el otro» te amas, cuando piensas que el otro es «agradable». Me gustan mucho tus publicaciones, compartiré este poema y seguramente otros. Saludos desde Uruguay!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: