A mi padrino que se fue

Cuando el gélido Julio golpea mis sienes,
cuando lúcido y limpio arrebato los versos,
cuando el alma me ruge drenando mis penas,
cuando el cielo se abre y el reloj se apaga,
pienso sin tiempo tu noble semblanza,
tus días labrando entregado a tus nietos,
regalando amor sin esperar más nada,
peleando la vida y burlando la suerte,
sabio y tenaz calentando las charlas,
escucho tus cuentos en sollozo lamento,
te fuiste en invierno a cosechar las nubes,
un poeta está triste agarrado a la tierra,
reservame un lugar entre el cielo caliente,
llegaré chiflando y desafiando la muerte.

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