Matan el Amor

Siguen matando el amor, lo encarcelan, lo aseguran, lo asfixian, crean hipotecas, lo institucionalizan, lo comercializan; el gran negocio del amor mueve fortunas, crean la seguridad de los hijos, colegios caros, educación ejemplar, bilingüe y una fábrica de normas. Pero el amor no sabe de jaulas, no entiende que significa un escribano y mucho menos comprende cuando un enamorado requiere un escribano; cuando el amor aterriza en la ley, comienza el final. El amor vive junto al miedo, a lo inesperado, busca lugares inseguros para mantenerse latente, se moja todo el tiempo, rompe rejas y cercos, no vive entre cuatro paredes, mucho menos bajo un techo asfixiante; amor de televisión, barato, fanfarrón y advenedizo, amor de publicidad, revistas frívolas y sistemas de marketing; amor de computadoras.

Matan el amor

Hace siglos que nos están engañando; somos rehenes de un amor de prejuicios, de currículum, ese que no sabe qué siente. Nos venden quimeras y seguimos comprando. A veces pienso como será el otro amor, el de tender puentes, el de espíritu, el que no cuestiona, el que se entrega sin esperar nada a cambio, el que te mejora y me mejora, ese que desestima la norma del tercero, porque el tercero en mi amor no manda. Si es de espíritu no puede alegar ni sugerir, tampoco arbitrar. No existe método científico en el amor, no hay libros que registren firmas para el verdadero amor. En el amor los pájaros mueren jóvenes, volando, nunca enjaulados; genuino vuelo que prescinde de menesteres religiosos, dogmas o cualquier otra fantochada prosaica. Si Jesús existiese se moriría de tristeza al ver como utilizan su nombre de estandarte.

Los pajaritos vuelan, tienen frío, pierden huevos, rompen sus picos y mueren, son austeros y huyen de las jaulas, porque no las necesitan; si algo no les hace falta no lo buscan. Ellos cantan porque viven, a su manera, la única manera. Los picaflores y las mariposas no eligen las flores más lindas para posarse, porque el néctar más dulce no se ve, se huele.

Nuestro instinto se ha transformado en carne de cañón de publicistas y serviles del poder hegemónico; quienes nos dicen cómo tenemos que vivir; es la era de la miopía, el miedo a perder el trabajo, el prejuicio de reunión, la opinión ignorante, los electrodomésticos desechables, los celulares inteligentes, los depósitos a plazo fijo y las máquinas que nos vuelven sedentarios alienando nuestro el cerebro y aplastando nuestro espíritu. ¡Sí!, una recursiva confusión entre felicidad y tecnología.

La seguridad opaca el amor y vuelve lúgubre la vida. El amor es incierto, se alimenta de la duda, no conoce la ley, no tiene fecha de vencimiento, pero puede terminar mañana; no se piensa, arremete taciturno y te disloca de en suspiro, no se casa, no hace terapia de pareja y no saca hipotecas a veinte años. El amor se embarga y sólo da, no piensa en recibir, tampoco piensa en mañana porque mañana es una ilusión; no tiene futuro ni pasado, sólo es presencia. No sabe si amará mañana y en qué condiciones, ¿qué me importa si te amaré mañana?, si es hoy que estoy vivo, sintiendo que no termina más, no tengo tiempo para mañana, que importa lo que digan si corremos desnudos por la calle; ni siquiera me importa morir si muero de amor; para qué te voy a asegurar si fue la inseguridad que me trajo hasta vos y me mantiene vivo; lo que siento me alcanza, me nutre, me enciende.

Rompamos la televisión, las revistas, las tarjetas, los títulos y los paradigmas, corramos por el campo desnudos hasta llegar al río y nademos hasta que salga el sol sin saber si nos salvamos; seamos cómplices de aventuras inciertas, desgarremos las vestiduras y riámonos de la coherencia, seduzcamos la locura y trepemos esos árboles altos para después subir a esos cerros en la noche, mirar el horizonte y al fin dormirnos sin saber del tiempo.

10 COMENTARIOS
  • Ignacio Iglesias
    Responder

    Depués de leer esto, acabo de enviar el email que no debía a la persona que me gusta.

  • Gabriela Morquio
    Responder

    ..cuando se escribe con el corazón, las palabras fluyen como un vendaval desenfrenado, así con gusto me enamoro 🙂
    Un beso cósmico, te quiero negro

  • Diego Suarez
    Responder

    totalmente verdadero..
    un grande el escritor.

  • Mónica
    Responder

    Me presentaron este ensayo..
    Lo leí y lo re leí, (comenté)
    Muy bueno. Fuerte!
    Para cada uno, su cuota de realidad.
    «…¿Qué me importa si te voy a amar mañana? si es hoy que estoy vivo…»(una de las tantas expresiones que «deberían» hacernos reflexionar en que somos mortales, que es hoy..)
    Arriba, negro!

  • jorge cano
    Responder

    Amar es dar, alguien dio la vida por nosotros por amor, eso, deberia ser prueba suficiente

  • dolly
    Responder

    de quién es ésto?

  • omar alfonso echegaray
    Responder

    Jjja el amor se volvió materialista E interesado y lleno de dgoismo me gusta tus formas, tu apariencia para complacer mis instintos y satisfacer mis fantasías. poco me importa del color de tus miemes k no se ven, ni de tu alma. solo deseo lo k me venden los medios masivos mujeres curvilíneas.

  • omar alfonso echegaray
    Responder

    Mieles

  • juan manuel moreno
    Responder

    uhh.muy largo,tan largo que en realidad me mató el texto.ya es un lugar común criticar la vida moderna y enaltecer el amor.,no sè quien escribió eso tan y tan largo para decir una obviedad,pero calculo que se le fue el amor x estar tanto tiempo delante d la compu.textito.

  • carina
    Responder

    Para mi el amor es el hoy y ahora…y sives que esono crece..tomatela….c
    orta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: