Infúndele miedo
para someterlo a tu ley.

Ofrécele entretenimiento
para anestesiar su consciencia.

Divídelo ideológicamente
para que no se subleve.

Compra con confort
a su minoría carismática
para que ella se encargue
de manipular al resto.

Adultera sus emociones
para que confunda sentimientos
con deseo de bienes y prestigio.

Evita su acceso a todo tipo de arte
que le permita hurgar en sí mismo.