Los Miserables

Con pura avaricia y desdicha
de mezquino y temeroso encanto
aletea en sigiloso llanto
el miserable ruin de cada día

Su autoestima late el gozo
de una seguridad que lo protege
con vergüenza ruin que estremece
en un audaz proceder codicioso

Pobre y triste mirar centinela
de alma tímida y moribunda
sin calle, sufrimiento ni escuela

Cuando bien oscurezca la aurora
comprenderás que al vivir la vida
se da lo bueno que se atesora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: