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Publicaciones

Poesía

Oración

Poder inabarcable y justo,
ante ti me rindo y a ti te evoco.
Ayúdame a escuchar y ser amable.
Ayúdame a servir.
Ayúdame a perdonarme y perdonarlos,
porque no sabemos lo que hacemos.
Ayúdame a aceptarme y aceptarlos,
porque también somos oscuridad.
Ayúdame a buscar alimento justo.
Ayúdame a mantenerme hidratado.
Ayúdame a hacer deporte conscientemente.
Si soy guerrero, no combato.
Si soy sabio, no entro en cólera.
Si soy agradecido, no echo en falta.
Si soy nada, seré todo.
Lo que ha de suceder, por bien sucederá.

Poesía

En silencio

No sos lo que piensas,
no sos lo que opinas,
ni el tatuaje que luces.

No sos lo que heredas,
no sos los que buscas,
ni tu popularidad.

Sólo eres aquello que,
en silencio compartes,
en honor a los otros.

Poesía

Sin mercado, amor

Paciencia es amor.
Constancia es amor.
Humildad es amor.
Nobleza es amor.
Compasión es amor.
Lealtad es amor.

Escuchar es amor.
Aceptar es amor.
Valorar es amor.
Brindar es amor.
Librar es amor.
Perdonar es amor.

Aceptarás la única belleza Ensayos

La mariposa flota sobre la serpiente

La niña me abandonó, se fue al cuarto. Parece mentira, por momentos observo en ella los mismos deseos de libertad que me arrebataban cuando niño. Recuerdo vivamente mis escapadas al parque para estar solo y pensar. Era una especie de opresión mental que me instaba a apagar las voces circundantes. Mucho tiempo rodeado de gente me perturbaba, no importaba quién fuese. Luego fueron las reuniones sociales, llegaba un momento en el que quería desaparecer, no me sentía parte. Nadie me hacía nada, simplemente la opresión otra vez, la incomprensión. Sentía que estaba rodeado de robots que repetían las mismas cosas una y otra vez; lo que alguien ya había dicho. Nadie sabe exactamente quién, pero no eran ellos. No existía una sola alma capaz de transferir sus verdaderos sentimientos; simples máquinas repetidoras, pero con distinta cáscara. Habían diferencias, mas eran superficiales, porque en esencia, detrás de ellos se escondía subrepticiamente otro alguien que pensaba en su lugar. Con esto no me excluyo, simplemente expreso la sensación que me arrebataba en aquel momento. Los mismos conceptos, los mismos sueños, las mismas zanahorias, tautología tras tautología. Sin embargo, no todos se daban el lujo de acceder a esas zanahorias, aspiración generalizada, maldita cosa llamada ‘buen vivir’: Tener una pareja de buena reputación, brindar fiestas para llamar la atención, ser reconocidos, ganar buen dinero. Absolutamente todos corriendo detrás del amor de posesión recíproca, una y otra vez, como única razón de dicha ¡Sí!, eso que estimula la publicidad para venderte joyas e hipotecas. Claro está que quienes no accedían a esas selectas mieles terminaban sumidos en el más profundo desasosiego. De todas formas lo disimulaban muy bien haciéndose alternativos, pero quien era capaz de observar con agudeza crítica el reflejo de sus ojos al instante se daba cuenta del fraude. En su fuero más íntimo padecían por tener sus vidas en falta.

Aceptaras la belleza única

Si tan solo fuésemos capaces de aceptar la vida que nos tocó en suerte, la que libra el universo con sus inmanentes circunstancias. Para vivirla intensamente, conscientemente, plenamente, con lo bueno y lo malo.

No hay que desear ni aspirar a nada, simplemente vivir con curiosidad. El deseo y las aspiraciones envenenan el alma, nos vuelven esclavos. Conocer quienes somos, sin comparaciones, superarnos a nosotros mismos por el puro placer de mejorarnos con respecto a ayer. Sin comparecer ante nadie, compartir y escuchar. No intentar pasar por encima de nadie ni permitir que pasen por encima nuestro; en equilibrio, sentimiento y razonamiento, acordes, como el equilibrista que sostiene la vara mientras camina por la cuerda floja. La vida es una cuerda floja sin arneses ni mallas de contención.

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Poesía

Haiku

Luz de la luna
Refleja en el tiempo
Agua su cuna

Poesía

Hasta callarla

Cuando nada me conmueve,
las voces son un mero eco,
maquinas de autocompasión,
lienzos teñidos de demagogia,
colores cubiertos de brillantina,
papel picado de periódicos y revistas,
encuentros que ultrajan el silencio,
venales risas impregnadas de moda,
perfumes vulgares y pésimo gusto,
retazos de evangelios sofritos
en un lábil inframundo digital,
reduciendo el lenguaje al mínimo,
manido, caprichoso, indolente;
siento murmullos como espinas,
las luces alumbrando los rostros
asqueados de una rutina necia,
rebaño de Sísifos degradados.

Cuando la jugada es adversa,
si me distraigo, si me disperso,
el pensamiento me gobierna,
como el moscardón que merodea,
porque me quiere indignado,
porque indignado vale tapar,
vale callar, vale mentir,
vale la gula y la carne sorda.

Sólo pido aceptar mi ignorancia,
tomar el papel y el lápiz,
un té con limón y miel,
y escuchar el Aria de Bach,
así abrir mi mente,
que le entre cada suspiro,
hasta callarla.

Poesía

Contrarium

Lo que halago, traiciono;
lo que burlo, añoro;
lo que presumo, carezco;
lo que niego, soy;
lo que codicio, sufro;
lo que controlo, escapa;
lo que afirmo, ignoro;
lo que agredo, temo;
lo que tapo, crece;
lo que callo, grito.

Si soy nada, seré todo.

Poesía

La escuelita del dolor

En algún momento del día
detente a respirar profundamente.
Aliméntate con lo justo y mantente hidratado.
Aléjate de los entornos que te hacen daño.
Mira a los ojos de las personas
e intenta escucharlas sin juzgar.
No estés tan seguro de tus creencias.
No intentes corregir a tus padres,
acéptalos como son.
No quieras controlar la vida,
acéptala como viene.
No hables mal de los demás,
porque eres lo que niegas.
Haz sólo tu parte, no te presiones.
Sé paciente.
Sé constante.
Sé lector.
Sé agradecido.

Deja en manos de tu poder superior
aquello que no comprendes
porque algún día, tu propia experiencia
te lo hará comprender.

Poesía

Siete lunas

La que te dice que sigas probando,
es la lujuria, no el amor.
La que te dice que no lo intentes,
es la pereza, no la prudencia.
La que te dice que comas y bebas todo,
es la gula, no el placer.
La que te dice que seas un hijo de puta,
es la ira, no la inteligencia.
La que te dice que eres la víctima,
es la envidia, no la injusticia.
La que te dice que te rompas el culo,
es la avaricia, no la constancia.
La que te dice que los otros tienen la culpa,
es la soberbia, no la sabiduría.

Poesía

La dicha

La dicha no es blanca ni negra, tiene matices.
La dicha no toma atajos, hace travesías.
La dicha no se justifica, se disculpa.
La dicha no tiene guetos, tribu hay una sola.
La dicha no teme al distinto, lo acepta.
La dicha no juzga, comprende.
La dicha no aconseja, ayuda.
La dicha no consume, se alimenta.
La dicha no genera ganancias, da servicio.
La dicha no se entretiene, medita.
La dicha no se vanagloria, se revisa.
La dicha no huye a su mal, lo transforma.
La dicha no tapa, habita.
La dicha no es la cosa, es la conciencia.

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