Una chica normal

De estatura media, ni gorda ni flaca, con dos ojos alineados a una distancia común, una nariz, una boca, dos tetas, ni grandes ni chicas, dos piernas, ni gordas ni flacas, más o menos elegante, más o menos discreta, no entra en cólera, no genera problemas, más o menos estudia, más o menos trabaja. Compra ofertas de catálogo, va a la peluquería, critica a sus compañeras de trabajo, y cuando tiene tiempo libre, vuelve a criticar a sus compañeras de trabajo.

Una chica normal

Visita a mamá y a papá todas las semanas para recibir los tuppers y jugar con el perro, compra entradas para ir a ver shows de bandas de moda que nunca analizó sus letras, visita salas de cine para ver películas en cartel, pero no le interesa descifrar mensajes entre líneas. Hace paseos periódicos para que no la tilden de ermitaña, evoluciona sexualmente de acuerdo a las sugerencias de la revista Cosmopolitan, colecciona prejuicios de toda índole, principalmente el que dice que las mujeres que se tiñen el pelo de rojo son putas y evita hablar de temas existenciales porque cree que la llevarán a la locura. Sacraliza la amistad, de manera que utiliza la palabra “amigo” unas cuatrocientas veces al día, ya que todas sus experiencias fueron vividas con amigos; se podrían llegar a contabilizar unos seis mil amigos en su vida (y en su Facebook), le teme a la soledad, lo que hace que no pueda pasar más de cinco minutos sin tener una charla de chat. Sacraliza el amor romántico haciendo una asociación directa entre felicidad y la presencia de un partenaire. Registra en su agenda con tenaz cuidado las fechas en que los centros comerciales hacen descuentos, así aprovecha a comprar lo que no necesita para impresionar a la gente que no le interesa. Cuando tiene tiempo libre lo dedica a criticar el mal gusto de sus compañeras de trabajo. Desprecia a las chicas que se enamoran de poetas y envidia a las que conquistan bucólicos de buen pasar. Su estado de ánimo es directamente proporcional al tamaño de su cartera e inversamente proporcional a la suerte de sus «amigas». Cuando tiene tiempo libre critica el mal gusto de sus compañeras de trabajo.

Señorita, permítame decirle que me aburre, no me vibra, no me excita, más bien me da pena. Las grandes revoluciones de este mundo fueron hechas por chicas anormales, las grandes madres fueron chicas anormales, la verdadera belleza femenina es anormal, una mujer capaz de conmover a un hombre es anormal, las buenas amantes son anormales, la poesía más maravillosa ha sido escrita inspirada en mujeres anormales.

8 COMENTARIOS
  • Anonymous
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    este ensayo o poesía o algo me deja anormalmente optimista…gracias gorrion

    1. Carolina Barrios
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      Quede anormalmente agradecida; de saber que soy una anormal y que va por el camino correcto!!! Graciasssss

  • Nyx
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    Tengo esperanzas todavía, de que un hombre políticamente incorrecto. Con labia de tanguero y corazón de poeta se enamore de mi.

  • Anónimo
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    Muy bueno!!! Lo anormal según el sistema

  • valeria alejandr lobo
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    Me encanto….es verdad q habemos muchas locas lindas anormales y estupendo saber q ser anormal es precioso y único!

  • carolina
    Responder

    La poesía más maravillosa ha sido escrita por mujeres anormales..

  • Carmen Barreiro
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    Acabo de darme cuenta por suerte para mi, he sido anormal toda la vida.

  • Anónimo
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    Recurre a todo lo común, una crítica muy común y poco sofisticada que pretende ser profunda tocando solo la superficie. Se nota demasiado las ganas del escritor de caerle bien a las mujeres con lo que escribe, solo personas comunes aspirantes a trascender pero nunca lo harán pueden gustar de un texto así. Pretencioso y superficial.

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